sábado, 2 de junio de 2012

Un día de marzo, la primera novela de Elvira Navarro llegó a manos de Enrique Vila-Matas, y este le dio ese empujón que necesitan quienes dudan de su oficio. En una de sus columnas semanales, dijo: "La ciudad en invierno tiene una estructura peculiar, como si Satie estuviera el piano [...] da la impresión de estar dando vueltas detrás de un desvarío tan implacable y subversivo como aterrador. De la mano de su pérfida protagonista, Elvira Navarro lo altera todo y desplaza la normalidad hacia una inédita boñiga general". La escritora y la estructura. También hubo quien la acusó de fragmentaria. Ella dice: "¿Qué más da? ¿A quién le importa? Lo interesante es romper con los parámetros".
Era 2007 y aquella novelista, nacida en Huelva y acostumbrada a la huida perpetua, vivía becada en la Residencia de Estudiantes de Madrid, no tanto por el romanticismo de quienes habitaron entre sus muros, sino por una simple "cuestión de supervivencia": "Era una vida curiosa, casi monacal. Me permitió dedicarme todos los días a escribir y leer". Entró habiendo escrito un relato (con el que ganó el Certamen de Jóvenes Creadores del Ayuntamiento de Madrid) y salió de allí con una novela editada en Caballo de Troya y otra en estado avanzado de composición. Esta última, La ciudad feliz (Mondadori), la publicó en 2009 y con ella le concedieron el premio Jaén de Novela.
El gran salto lo dio poco después, sin quererlo ella, cuando fue incluida en un número especial de la revista literaria Granta, entre los 22 mejores narradores en lengua española menores de 35 años. Eso ocurrió el año pasado. Entre tanto, se dedicó a trabajar en editoriales, para seguir sobreviviendo y escribiendo; hizo correcciones en papel, correcciones en pantalla, de lectora y de redactora de contracubiertas. Luego se postuló como profesora de un taller de escritura creativa en la librería Fuentetaja y últimamente imparte cinco talleres semanales, e incluso se presta como tutora personal para aquellos que buscan pulir sus escritos. Según cuenta, aprendió a leer la última de la clase, pero se enamoró de las palabras con el libro Patatita, de El Barco de Vapor. E igual que en la vida, cuenta, con la novela que teclea estos días abandona el universo adolescente que empapaba sus dos primeras obras, y se adentra en "la soledad, el trabajo y la enfermedad de los adultos". En 2012 publicará un relato en formato digital (en www.sigueleyendo.es). En 2013, su tercera novela.
ELVIRA NAVARRO

 http://elpais.com/diario/2011/12/18/eps/1324193216_850215.html