Otra edición, corregida y ampliada, de Los cuentos canarios para niños.
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Miércoles, 18 de Enero de 2012
Redacción BienMeSabe
Publicado en el número 401
Ediciones Idea acaba de reeditar Los cuentos canarios para niños, de Isabel Medina, que vieron la luz por primera vez entre los años 1983 y 1994 en distintas entregas, logrando un notable éxito de ventas en el Archipiélago y agotando una tirada de 10.000 ejemplares.
Esta reedición ve la luz ahora -igualmente- en tres volúmenes, que han sido corregidos y ampliados con un prólogo de la autora para cada uno de ellos. Recogen un total de trece relatos y cuentan, en esta ocasión, con las ilustraciones en color de Inés Serrano. Los tres tomos se presentan el próximo viernes, 20 de enero, a las 19:30 horas, en la Librería de Mujeres de Canarias, radicada en la calle Sabino Berthelot, nº 42, de Santa Cruz de Tenerife. En el acto intervendrán, junto a la autora, la cantautora Marisa, que ha musicado algunos de los cuentos, y Elena Morales, en representación de la editorial canaria.
Hace ya unos cuantos años, cuando ejercía de maestra, Isabel Medina quiso introducir en el aula lo que estaba fuera y logró asomarse a la memoria colectiva de nuestro pueblo. Nunca estuvo sola: docentes de todas las Islas se apropiaron de ese mundo sorprendente, que nació de la necesidad de vincular a los niños con la tierra que los vio nacer.
Esta nueva edición de Los cuentos canarios para niños, ampliada y revisada, surge de la nostalgia de aquellos padres que tuvieron entre sus lecturas de infancia estos relatos fabulosos, y que ahora desean recordarlos y compartirlos con sus hijos y nietos. A todos ellos ha dedicado la autora estas ficciones, con la esperanza de que las jóvenes generaciones de escolares quieran acercarse a este universo fascinante, lleno de imaginación y poesía.
Los relatos se distribuyen en los tres libros de la siguiente manera: el volumen 1 recoge «El timple aventurero», «El tagoror de los meses», «Lágrimas de tabaiba», «La nube y el sol» y «La gallina Serafina»; en el 2 podemos leer: «Epidemia en el mar», «Un día de mayo», «Historia de otra galaxia» y «La ranita y el ranito». Por último, en el tomo 3 se encuentran: «La isla de San Borondón», «El hombre del saco», «En busca de la violeta del Teide» y «El Garoé».
Trayectoria de la autora. Isabel Medina (La Gomera, 1943) ha publicado las novelas La hija de abril (2003) y La libertad y tú (Ediciones Idea, 2008), así como los poemarios Gánigo de ausencia (1982), Chácaras de silencio (1986), La canción del alisio (1990) y Tara (1992). Además, ha publicado, entre otros: Viaje Fantástico por las Islas Canarias (1996), Alizulh, el mundo mágico de las Leyendas Canarias (1997), Piel de Luna (1999), De parte de Don Quijote (2000), El tesoro del pirata Cabeza Perro y El guardián del Malpaís (2007). Ha escrito dos libretos para ópera: La leyenda de Guayota y Baralides, en colaboración con el compositor Francisco González Afonso. En 2009 publicó en Ediciones Idea Granadilla y el Caballero Tiempo y Las sandalias de la Luna, y en 2010 El secreto de Sofía. Su obra poética ha sido musicada por varios intérpretes, como Taburiente, Marisa y El Taller Canario. La editorial catalana Periferia Sheet Music publicó la ópera en tres actos Baralides, del compositor Francisco González Afonso, cuyo libreto pertenece de la autora, como dijimos. Acaba de publicar Leyendas canarias (Tid Iuvens). Destaca su notable aportación a la literatura infantil y juvenil con los tres volúmenes de Los cuentos canarios para niños (1983-1994), ahora corregidos y ampliados en esta reedición de Ediciones Idea.
"O amor pela leitura é algo que se aprende mas não se ensina. Da mesma forma que ninguém nos pode obrigar a enamorar-nos, ninguém nos pode obrigar a amar um livro. São coisas que ocorrem por razões misteriosas, mas estou convencido que há um livro que espera por cada um de nós. Em algum lugar da biblioteca há uma página que foi escrita somente para nós" (Alberto Manguel) —
sábado, 28 de enero de 2012
sábado, 21 de enero de 2012
Educación apuesta por reforzar hábitos lectores y ofrece guías de evaluación
Agencia EFE
Granada, 20 ene (EFE).- La Consejería de Educación ha puesto en marcha unas guías dirigidas al profesorado para la evaluación de las destrezas lectoras del alumnado de Primaria y Secundaria, en una iniciativa enmarcada en la apuesta de la Junta de Andalucía por reforzar los hábitos lectores entre los estudiantes andaluces.
Las guías, que han sido presentadas hoy en el Parque de las Ciencias de Granada por el consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, incorporan propuestas de textos y modelos de pruebas que evalúan las dos destrezas consideradas clave en el ejercicio de la lectura: la fluidez lectora y la comprensión de textos, que son los indicadores que más influyen en el éxito escolar.
Según el consejero, cuando el alumnado no domina estas destrezas básicas, caen en el desinterés y acaban por rechazar la lectura.
Elaboradas por la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa, en cuya web están disponibles, las guías pretenden servir al profesorado para evaluar las destrezas del alumnado e identificar las dificultades que presentan en la lectura, que permitiría ofrecerles una atención individualizada para mejorar su situación.
Incluyen un marco teórico, unas pautas de aplicación y corrección de las pruebas, ejemplos prácticos e indicaciones para la interpretación y valoración de los resultados, según el consejero, que se ha referido a pruebas de evaluación como la "Escala", que mide habilidades del alumnado en escritura, cálculo y lectura del alumnado de segundo de primaria.
Esa prueba arrojó datos como que el 24,2% de los alumnos de ocho años presenta ya alguna dificultad lectora, lo que de no corregirse a tiempo puede desembocar en el fracaso escolar, según De la Chica.
http://www.ideal.es/agencias/20120120/local/granada/educacion-apuesta-reforzar-habitos-lectores_201201201348.html
Agencia EFE
Granada, 20 ene (EFE).- La Consejería de Educación ha puesto en marcha unas guías dirigidas al profesorado para la evaluación de las destrezas lectoras del alumnado de Primaria y Secundaria, en una iniciativa enmarcada en la apuesta de la Junta de Andalucía por reforzar los hábitos lectores entre los estudiantes andaluces.
Las guías, que han sido presentadas hoy en el Parque de las Ciencias de Granada por el consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, incorporan propuestas de textos y modelos de pruebas que evalúan las dos destrezas consideradas clave en el ejercicio de la lectura: la fluidez lectora y la comprensión de textos, que son los indicadores que más influyen en el éxito escolar.
Según el consejero, cuando el alumnado no domina estas destrezas básicas, caen en el desinterés y acaban por rechazar la lectura.
Elaboradas por la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa, en cuya web están disponibles, las guías pretenden servir al profesorado para evaluar las destrezas del alumnado e identificar las dificultades que presentan en la lectura, que permitiría ofrecerles una atención individualizada para mejorar su situación.
Incluyen un marco teórico, unas pautas de aplicación y corrección de las pruebas, ejemplos prácticos e indicaciones para la interpretación y valoración de los resultados, según el consejero, que se ha referido a pruebas de evaluación como la "Escala", que mide habilidades del alumnado en escritura, cálculo y lectura del alumnado de segundo de primaria.
Esa prueba arrojó datos como que el 24,2% de los alumnos de ocho años presenta ya alguna dificultad lectora, lo que de no corregirse a tiempo puede desembocar en el fracaso escolar, según De la Chica.
http://www.ideal.es/agencias/20120120/local/granada/educacion-apuesta-reforzar-habitos-lectores_201201201348.html
Educación apuesta por reforzar hábitos lectores y ofrece guías de evaluación
Educación apuesta por reforzar hábitos lectores y ofrece guías de evaluación
Agencia EFE
Granada, 20 ene (EFE).- La Consejería de Educación ha puesto en marcha unas guías dirigidas al profesorado para la evaluación de las destrezas lectoras del alumnado de Primaria y Secundaria, en una iniciativa enmarcada en la apuesta de la Junta de Andalucía por reforzar los hábitos lectores entre los estudiantes andaluces.
Las guías, que han sido presentadas hoy en el Parque de las Ciencias de Granada por el consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, incorporan propuestas de textos y modelos de pruebas que evalúan las dos destrezas consideradas clave en el ejercicio de la lectura: la fluidez lectora y la comprensión de textos, que son los indicadores que más influyen en el éxito escolar.
Según el consejero, cuando el alumnado no domina estas destrezas básicas, caen en el desinterés y acaban por rechazar la lectura.
Elaboradas por la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa, en cuya web están disponibles, las guías pretenden servir al profesorado para evaluar las destrezas del alumnado e identificar las dificultades que presentan en la lectura, lhttp://www.blogger.com/img/blank.gifo que permitiría ofrecerles una atención individualizada para mejorar su situación.
Incluyen un marco teórico, unas pautas de aplicación y corrección de las pruebas, ejemplos prácticos e indicaciones para la interpretación y valoración de los resultados, según el consejero, que se ha referido a pruebas de evaluación como la "Escala", que mide habilidades del alumnado en escritura, cálculo y lectura del alumnado de segundo de primaria.
Esa prueba arrojó datos como que el 24,2% de los alumnos de ocho años presenta ya alguna dificultad lectora, lo que de no corregirse a tiempo puede desembocar en el fracaso escolar, según De la Chica.
http://www.ideal.es/agencias/20120120/local/granada/educacion-apuesta-reforzar-habitos-lectores_201201201348.html
Agencia EFE
Granada, 20 ene (EFE).- La Consejería de Educación ha puesto en marcha unas guías dirigidas al profesorado para la evaluación de las destrezas lectoras del alumnado de Primaria y Secundaria, en una iniciativa enmarcada en la apuesta de la Junta de Andalucía por reforzar los hábitos lectores entre los estudiantes andaluces.
Las guías, que han sido presentadas hoy en el Parque de las Ciencias de Granada por el consejero de Educación, Francisco Álvarez de la Chica, incorporan propuestas de textos y modelos de pruebas que evalúan las dos destrezas consideradas clave en el ejercicio de la lectura: la fluidez lectora y la comprensión de textos, que son los indicadores que más influyen en el éxito escolar.
Según el consejero, cuando el alumnado no domina estas destrezas básicas, caen en el desinterés y acaban por rechazar la lectura.
Elaboradas por la Agencia Andaluza de Evaluación Educativa, en cuya web están disponibles, las guías pretenden servir al profesorado para evaluar las destrezas del alumnado e identificar las dificultades que presentan en la lectura, lhttp://www.blogger.com/img/blank.gifo que permitiría ofrecerles una atención individualizada para mejorar su situación.
Incluyen un marco teórico, unas pautas de aplicación y corrección de las pruebas, ejemplos prácticos e indicaciones para la interpretación y valoración de los resultados, según el consejero, que se ha referido a pruebas de evaluación como la "Escala", que mide habilidades del alumnado en escritura, cálculo y lectura del alumnado de segundo de primaria.
Esa prueba arrojó datos como que el 24,2% de los alumnos de ocho años presenta ya alguna dificultad lectora, lo que de no corregirse a tiempo puede desembocar en el fracaso escolar, según De la Chica.
http://www.ideal.es/agencias/20120120/local/granada/educacion-apuesta-reforzar-habitos-lectores_201201201348.html
viernes, 20 de enero de 2012
El Principito, más que belleza pura Cecilia Velasco
El Principito, más que belleza pura
Cecilia Velasco
http:http://www.blogger.com/img/blank.gif//www.cuatrogatos.org/articuloelprincipito.html
Escrito en 1943, durante la estancia de Antoine de Saint Exupèry en Nueva York, El Principito es el último libro editado en vida del autor nacido en Francia en 1900, y es casi emblemático de su pensamiento. Como artista, Exupéry no compartía el espíritu lúdico de sus contemporáneos surrealistas, pues pensaba que el juego sin reglas pierde sentido. La libertad limitada da paso al sentido de la responsabilidad y a salir de uno mismo; a su vez, no es posible involucrarse con algo o alguien sin conocerlo profunda y verdaderamente.
Las experiencias vitales del autor, quien murió en una misión para los aliados durante la II Guerra Mundial, sin que su cuerpo fuera encontrado jamás -¿quiso volver a estrechar entre los brazos a su joven amigo?- le hicieron sentir la importancia de obedecer consignas, cuyo cumplimiento garantiza la vida de todos los compañeros. La impronta del humanismo en su obra se expresa en el homenaje a la sensibilidad de los seres humanos y su capacidad para el compromiso y la solidaridad radical. El hombre no es rey en la Naturaleza, sino un hermano capaz de domesticar y dejarse domesticar por zorros y rosas.
El personaje infantil de El Principito proviene de un planeta mínimo, remoto para la conciencia científica y, en tal sentido, podría ser juzgado como un auténtico extraño, un extraterrestre; sin embargo, según nos lo cuenta él mismo, en el planeta del que proviene habitan iguales seres a los de la Tierra, si bien allá son ejemplares excepcionales, como la rosa, o peligrosos, como el baobab, que también se cultiva en África y otros continentes, y cuyas raíces se extienden en un diámetro enorme. En ese sentido, el Principito es un congénere cósmico, fascinado por las mismas cosas que han cautivado a los habitantes de este planeta, como la rosa, marcada por la fugacidad y armada de indefensas espinas.
En la obra del francés que murió hace 65 años, la rosa encarna la belleza natural y espontánea, y su existencia es válida en sí misma, porque perfuma y hace hermoso el lugar. Como en una fábula, en la novela de SaintExupéry aparece personificada: mimada y caprichosa, oculta su ternura detrás de frases que la muestran arrogante. Así, esta flor tan alegórica simboliza cierto ámbito de lo femenino, capaz de herir con su orgullo, su soberbia, sus palabras ofensivas…El Principito decide abandonar su hogar, su patria, al sentirse decepcionado amorosamente por su rosa.
Tras la partida, nuestro personaje visitará distintos planetas, todos muy pequeños. En ellos, habitan sujetos solitarios que buscan a otros para ejercer su cuota de poder. Al llegar al desierto del planeta Tierra, se encuentra con una plantación de cientos de rosas. Ahí se da cuenta de la pequeñez del planeta del que viene, y es capaz de comprender el sentido del orgullo de su rosa, que antes le había resultado tonto. Descubre la humillación al compararse con otros y percibir la ausencia de exclusividad. Los volcanes de su lugar de origen, las cosas que le asombraban o arrobaban, resultan ahora insignificantes.
Ilustración de Antoine de Saint-Exupèry
Es el zorro quien enseña al Principito el sentido y la importancia del verbo domesticar (DRAE: reducir al animal fiero y salvaje, acercar al otro a la casa de uno). Domesticar y, luego, ser "dueño" de aquel a quien hemos reducido, implica amar, crear vínculos, prestar utilidad. Amar, a su vez, supone hacerse cargo del otro. A través de la domesticación, se recupera la originalidad y la exclusividad, anuladas cuando todos nos sentimos idénticos. Domesticar, crear vínculos, hacer amigos siempre nos enriquece, aunque luego lloremos las pérdidas.
En la Tierra tiene lugar el encuentro del niño de cabellos dorados con la serpiente, cuyo poder es verdadero, pues puede ocasionar la muerte. La serpiente es sabia, se sabe distinta de los hombres, entre los que reina la soledad, y siente lástima por el Principito, puro y solo, arrojado en medio de la Tierra adversa. El mundo natural aparece para el personaje como un misterio repleto de belleza, posibilidades, dolor y poder, pero este es, en sí mismo, aburrido; lo son las rutinas de la cacería o la lucha milenaria entre rosas y ovejas, cazadores y zorros. Se requiere un diálogo con los seres humanos, una mirada humana, para que lo natural complete su sentido. Así como el lenguaje, producto humano, es fruto de equívocos –la rosa hería con sus palabras-, así mismo, es innegable que las elaboraciones humanas como la cultura y los ritos son significativas y otorgan felicidad.
Al tomar conciencia, en la Tierra, del ser efímero de la rosa, el Principito se siente arrepentido de haberla dejado porque, además, asume que ella es frágil para defenderse. Tras ver cientos de rosas bellas y perfumadas, constata que no era existir y perfumar lo que otorgaba importancia a su rosa, sino que fue la relación entre los dos lo que tenía valor. Mientras, en el pasado, los sentidos se complacían en la belleza y eso bastaba, hoy descubre que lo verdaderamente importante es invisible y que sólo se ve con el corazón. Es lo que uno hace por amor y responsabilidad con el otro lo que vale. Lo natural puro, en cierto sentido, pierde su valor intrínseco. En el desierto, ayuda a su reciente amigo, el piloto accidentado, a encontrar agua. Se radicaliza el planteamiento de que todo guarda un secreto bello, incluso el desierto, en cuyas entrañas duerme un pozo.
Al final, el cuerpo joven del Principito está extenuado; tan poco ávido por la comida o la bebida, padece un estado extremo en tránsito hacia la muerte, y declara que sus músculos y carne son sólo una corteza. El fulgor de la rosa se había quedado en él como una imagen tenue pero brillante que lo asemejaba a una lámpara, susceptible de ser apagada. Por su parte, el piloto, el hombre adulto que había sido expulsado a golpes de los reinos de la niñez, ha sido domesticado por el Principito, y teme ese instante atroz de la despedida. A su modo, este ser milagroso era una rosa, debido a su naturaleza bella y elegante.
El Principito promete volver a una de las estrellas del firmamento, desde donde había emprendido viaje, y para eso debe "destruir" el cuerpo, que resulta demasiado pesado para la travesía. Antes, ha bebido un poco de agua, la misma con la que, hace mucho, regó a su rosa, la misma que cantará en las estrellas, convertidas en pozos, y es la serpiente amenazante, que se parece ahora a "un chorro de agua que muere", la que prestará sus servicios para acelerar el viaje de vuelta al infinito.
En las últimas páginas de la novela, el Principito adquiere muchos rasgos parecidos a los de una víctima propiciatoria, pues en cierto modo debe morir para regresar a proteger a su rosa. Su tono: "Tengo sed de esta agua, dame de beber" nos recuerda al del Jesús de los Evangelios: "La mujer le dijo: ´¡Señor, dame de esa agua´" (Juan, 4-15). Igualmente, con valor y conciencia de lo que le espera, varias veces pide a su amigo no sufrir ni creer que estará muerto, como hacía Jesús con sus apóstoles, si bien, los dos sufren intensamente. “Y llevó consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir temor y angustia. Entonces les dijo: ´Siento en mi alma una tristeza mortal´” (Marcos, 14-33). “Y se quedó callado porque lloraba. –Es aquí, déjame seguir solo… Y se sentó, porque tenia miedo” (El Principito, p. 90).
Al finalizar la obra, el aviador ha sido tomado por completo por las ideas del Principito, y su perspectiva del cosmos es diferente, pues sabe que el rumbo de la vida cambiará si la oveja logra burlar la vigilancia y devora a la rosa, lo que trae consigo la tragedia, o si este hecho, que deviene fundamental, no ocurre. El ser que apareció un día milagrosamente desaparece, asciende al cielo en cuerpo y alma en “el paisaje más bello y triste de la Tierra”.
Cecilia Velasco escritora, editora de revistas culturales y educadora ecuatoriana.Gganó el Premio Norma de Literatura Infantil y Juvenil Latinoamericana 2010 con su obra Tony. Ha publicado también Selva de pájaros (Alfaguara, Quito, 2010).
Cecilia Velasco
http:http://www.blogger.com/img/blank.gif//www.cuatrogatos.org/articuloelprincipito.html
Escrito en 1943, durante la estancia de Antoine de Saint Exupèry en Nueva York, El Principito es el último libro editado en vida del autor nacido en Francia en 1900, y es casi emblemático de su pensamiento. Como artista, Exupéry no compartía el espíritu lúdico de sus contemporáneos surrealistas, pues pensaba que el juego sin reglas pierde sentido. La libertad limitada da paso al sentido de la responsabilidad y a salir de uno mismo; a su vez, no es posible involucrarse con algo o alguien sin conocerlo profunda y verdaderamente.
Las experiencias vitales del autor, quien murió en una misión para los aliados durante la II Guerra Mundial, sin que su cuerpo fuera encontrado jamás -¿quiso volver a estrechar entre los brazos a su joven amigo?- le hicieron sentir la importancia de obedecer consignas, cuyo cumplimiento garantiza la vida de todos los compañeros. La impronta del humanismo en su obra se expresa en el homenaje a la sensibilidad de los seres humanos y su capacidad para el compromiso y la solidaridad radical. El hombre no es rey en la Naturaleza, sino un hermano capaz de domesticar y dejarse domesticar por zorros y rosas.
El personaje infantil de El Principito proviene de un planeta mínimo, remoto para la conciencia científica y, en tal sentido, podría ser juzgado como un auténtico extraño, un extraterrestre; sin embargo, según nos lo cuenta él mismo, en el planeta del que proviene habitan iguales seres a los de la Tierra, si bien allá son ejemplares excepcionales, como la rosa, o peligrosos, como el baobab, que también se cultiva en África y otros continentes, y cuyas raíces se extienden en un diámetro enorme. En ese sentido, el Principito es un congénere cósmico, fascinado por las mismas cosas que han cautivado a los habitantes de este planeta, como la rosa, marcada por la fugacidad y armada de indefensas espinas.
En la obra del francés que murió hace 65 años, la rosa encarna la belleza natural y espontánea, y su existencia es válida en sí misma, porque perfuma y hace hermoso el lugar. Como en una fábula, en la novela de SaintExupéry aparece personificada: mimada y caprichosa, oculta su ternura detrás de frases que la muestran arrogante. Así, esta flor tan alegórica simboliza cierto ámbito de lo femenino, capaz de herir con su orgullo, su soberbia, sus palabras ofensivas…El Principito decide abandonar su hogar, su patria, al sentirse decepcionado amorosamente por su rosa.
Tras la partida, nuestro personaje visitará distintos planetas, todos muy pequeños. En ellos, habitan sujetos solitarios que buscan a otros para ejercer su cuota de poder. Al llegar al desierto del planeta Tierra, se encuentra con una plantación de cientos de rosas. Ahí se da cuenta de la pequeñez del planeta del que viene, y es capaz de comprender el sentido del orgullo de su rosa, que antes le había resultado tonto. Descubre la humillación al compararse con otros y percibir la ausencia de exclusividad. Los volcanes de su lugar de origen, las cosas que le asombraban o arrobaban, resultan ahora insignificantes.
Ilustración de Antoine de Saint-Exupèry
Es el zorro quien enseña al Principito el sentido y la importancia del verbo domesticar (DRAE: reducir al animal fiero y salvaje, acercar al otro a la casa de uno). Domesticar y, luego, ser "dueño" de aquel a quien hemos reducido, implica amar, crear vínculos, prestar utilidad. Amar, a su vez, supone hacerse cargo del otro. A través de la domesticación, se recupera la originalidad y la exclusividad, anuladas cuando todos nos sentimos idénticos. Domesticar, crear vínculos, hacer amigos siempre nos enriquece, aunque luego lloremos las pérdidas.
En la Tierra tiene lugar el encuentro del niño de cabellos dorados con la serpiente, cuyo poder es verdadero, pues puede ocasionar la muerte. La serpiente es sabia, se sabe distinta de los hombres, entre los que reina la soledad, y siente lástima por el Principito, puro y solo, arrojado en medio de la Tierra adversa. El mundo natural aparece para el personaje como un misterio repleto de belleza, posibilidades, dolor y poder, pero este es, en sí mismo, aburrido; lo son las rutinas de la cacería o la lucha milenaria entre rosas y ovejas, cazadores y zorros. Se requiere un diálogo con los seres humanos, una mirada humana, para que lo natural complete su sentido. Así como el lenguaje, producto humano, es fruto de equívocos –la rosa hería con sus palabras-, así mismo, es innegable que las elaboraciones humanas como la cultura y los ritos son significativas y otorgan felicidad.
Al tomar conciencia, en la Tierra, del ser efímero de la rosa, el Principito se siente arrepentido de haberla dejado porque, además, asume que ella es frágil para defenderse. Tras ver cientos de rosas bellas y perfumadas, constata que no era existir y perfumar lo que otorgaba importancia a su rosa, sino que fue la relación entre los dos lo que tenía valor. Mientras, en el pasado, los sentidos se complacían en la belleza y eso bastaba, hoy descubre que lo verdaderamente importante es invisible y que sólo se ve con el corazón. Es lo que uno hace por amor y responsabilidad con el otro lo que vale. Lo natural puro, en cierto sentido, pierde su valor intrínseco. En el desierto, ayuda a su reciente amigo, el piloto accidentado, a encontrar agua. Se radicaliza el planteamiento de que todo guarda un secreto bello, incluso el desierto, en cuyas entrañas duerme un pozo.
Al final, el cuerpo joven del Principito está extenuado; tan poco ávido por la comida o la bebida, padece un estado extremo en tránsito hacia la muerte, y declara que sus músculos y carne son sólo una corteza. El fulgor de la rosa se había quedado en él como una imagen tenue pero brillante que lo asemejaba a una lámpara, susceptible de ser apagada. Por su parte, el piloto, el hombre adulto que había sido expulsado a golpes de los reinos de la niñez, ha sido domesticado por el Principito, y teme ese instante atroz de la despedida. A su modo, este ser milagroso era una rosa, debido a su naturaleza bella y elegante.
El Principito promete volver a una de las estrellas del firmamento, desde donde había emprendido viaje, y para eso debe "destruir" el cuerpo, que resulta demasiado pesado para la travesía. Antes, ha bebido un poco de agua, la misma con la que, hace mucho, regó a su rosa, la misma que cantará en las estrellas, convertidas en pozos, y es la serpiente amenazante, que se parece ahora a "un chorro de agua que muere", la que prestará sus servicios para acelerar el viaje de vuelta al infinito.
En las últimas páginas de la novela, el Principito adquiere muchos rasgos parecidos a los de una víctima propiciatoria, pues en cierto modo debe morir para regresar a proteger a su rosa. Su tono: "Tengo sed de esta agua, dame de beber" nos recuerda al del Jesús de los Evangelios: "La mujer le dijo: ´¡Señor, dame de esa agua´" (Juan, 4-15). Igualmente, con valor y conciencia de lo que le espera, varias veces pide a su amigo no sufrir ni creer que estará muerto, como hacía Jesús con sus apóstoles, si bien, los dos sufren intensamente. “Y llevó consigo a Pedro, Santiago y Juan, y comenzó a sentir temor y angustia. Entonces les dijo: ´Siento en mi alma una tristeza mortal´” (Marcos, 14-33). “Y se quedó callado porque lloraba. –Es aquí, déjame seguir solo… Y se sentó, porque tenia miedo” (El Principito, p. 90).
Al finalizar la obra, el aviador ha sido tomado por completo por las ideas del Principito, y su perspectiva del cosmos es diferente, pues sabe que el rumbo de la vida cambiará si la oveja logra burlar la vigilancia y devora a la rosa, lo que trae consigo la tragedia, o si este hecho, que deviene fundamental, no ocurre. El ser que apareció un día milagrosamente desaparece, asciende al cielo en cuerpo y alma en “el paisaje más bello y triste de la Tierra”.
Cecilia Velasco escritora, editora de revistas culturales y educadora ecuatoriana.Gganó el Premio Norma de Literatura Infantil y Juvenil Latinoamericana 2010 con su obra Tony. Ha publicado también Selva de pájaros (Alfaguara, Quito, 2010).
Roald Dahl
Roald Dahl
http://www.imaginarihttp://www.blogger.com/img/blank.gifa.com.ar/15/0/dahl.htm
Datos biográficos
Bibliografía en castellano
Reseñas de libros: Los mejores relatos de Roald Dahl
Miscelánea: Comentario de Jim y el durazno gigante, película basada en el libro James y el melocotón gigante de Roald Dahl
Destacados: Roald Dahl en Imaginaria
Datos biográficos
Por Marcela Carranza
"Considero que los niños son seres semi-civilizados. Al nacer se están por civilizar, cuando llegan a los 12 o 15 años ya se les han enseñado modales: a no comer con los dedos, a ser limpios, a vestirse adecuadamente. Un montón de cosas que en realidad no quieren hacer, que no les gustan. Subconscientemente, los niños odian ser civilizados. Y la gente que les obliga a hacer esas cosas que no les gustan son los padres. Sobre todo la madre. Más adelante son los padres y los maestros. A los niños no les gustan estos adultos y yo uso esto en muchos de mis libros. Se trata de dejar en ridículo a los adultos ¿sabe usted? Es algo inofensivo pero a los niños les encanta." (1)
Roald Dahl nació en Llandaff, País de Gales, el 13 de septiembre de 1916. Sus padres, Harald y Sofie, eran noruegos. Cuando Roald tenía tres años de edad su hermana Astri murió de apendicitis; al mes su padre enfermó de pulmonía y también murió. Sofie debió criar seis niños, cuatro de ellos propios (Alfhild, Roald, Else y Asta) y dos de la primera esposa de su marido. Roald era el único hijo varón de Sofie.
De los siete a los nueve años Roald asistió a la Escuela de la Catedral de Llandaff, esta sería su primera experiencia con un rígido sistema educativo que reflejaría luego en algunos de sus libros. En septiembre de 1925, a los nueve años, fue internado en un colegio inglés: St. Peter's.
"Aquellos fueron días de horror, de disciplina feroz, de no hablar en los dormitorios, de no correr por los pasillos, de ninguna clase de dejadez, de nada de esto ni de nada de lo otro, sólo reglas y más reglas que había que obedecer. Y el temor a la palmeta se cernía constantemente sobre nosotros, como el miedo a la muerte.
(...) Nos pegaban por hablar en el dormitorio después de apagarse las luces, por hablar en clase, por no hacer bien los trabajos, por grabar nuestras iniciales en el pupitre, por saltar muros, por ir desaliñados, por tirar clips, por olvidarnos de cambiarnos los zapatos por la noche, por no colgar las prendas que nos poníamos para hacer deporte y, sobre todo, por causar la menor ofensa a cualquier maestro. Dicho de otro modo, nos pegaban por hacer todo lo que era natural que hicieran unos niños como nosotros." (2)
A los trece años concluyó la escuela preparatoria y fue enviado también como interno a Repton, una escuela "pública" (3) inglesa cuyo director sería el futuro arzobispo de Canterbury.
"En Repton las palizas eran más feroces y frecuentes todavía. Y no se imaginen ni por un momento que el futuro arzobispo de Canterbury pusiera reparos a tan viles ejercicios. Se subía las mangas y se aplicaba a la tarea con sumo gusto. Las suyas eran las malas, las ocasiones verdaderamente aterradoras. Algunas de las tundas administradas por aquel hombre de Dios, aquel futuro jefe de la Iglesia de Inglaterra, fueron muy brutales." (4)
Al terminar el Bachillerato, a la edad de dieciocho años, en 1934, rechazó la oferta de su madre de continuar sus estudios en la Universidad y comenzó a trabajar en el Departamento Oriental de la Shell Oil Company, la compañía multinacional petrolífera. Su deseo era viajar al extranjero, conocer tierras lejanas. Tres años más tarde la compañía le envió al África Oriental.
"Durante los dos años siguientes trabajé para la Shell en Tanzania, mi oficina central estaba en Dar es Salaam. Era una vida fantástica (...) Aprendí a hablar swahili. Viajaba hacia el interior del país visitando minas de diamantes, plantaciones de sisal, minas de oro y todo lo demás.
Había jirafas, elefantes, cebras, leones y antílopes por todas partes, y también serpientes..." (5)
Dahl tenía 23 años cuando estalló la Segunda Guerra Mundial en 1939, y se enroló como piloto de aviación de la "Royal Air Force" (RAF) en Nairobi. Sufrió graves lesiones como consecuencia de un aterrizaje forzoso en el desierto de Libia, y debió pasar seis meses hospitalizado en Alejandría con una fractura de cráneo. Su primer relato: "Pan comido" ("A piece of Cake"), describe cómo Dahl, atrapado en la cabina de su avión "Gladiator" en llamas, logró salvar milagrosamente su vida.
"Desabroché la hebilla, solté el arnés del paracaídas y con cierto esfuerzo me levanté y salté por un costado de la cabina. Algo parecía estar ardiendo, de modo que me revolqué sobre la arena, luego me alejé a gatas del fuego y me eché cuan largo era.
Oí que parte de las municiones de mi ametralladora estallaba entre las llamas y que algunas balas se enterraban en la arena cerca de mí. No me preocuparon; solamente las oí.
Las cosas empezaban a doler. La cara era lo que más me dolía. Algo no andaba bien en mi cara. Algo le había pasado. Lentamente levanté una mano para palpármela. Estaba pegajosa. Mi nariz no parecía estar allí. Intenté tocarme los dientes, pero no recuerdo si llegué a alguna conclusión sobre ellos. Creo que me quedé dormido." (6)
Luego de su recuperación, Dahl volvió a volar uniéndose a la 80ª escuadrilla en Grecia, donde ésta combatía contra los italianos y posteriormente también intentaría obstaculizar la invasión alemana a aquel país. La situación en Grecia no era nada sencilla para los británicos que contaban con unos quince aviones para combatir contra cientos de cazas alemanes. Tampoco era fácil para el propio Roald, quien apenas sabía tripular el avión que le habían destinado, y no tenía aún ninguna experiencia en combate. En mayo de 1941 los alemanes finalmente se apoderaron de Grecia, y el pequeño grupo de pilotos sobrevivientes de la RAF fue enviado a Haifa, norte de Palestina.
Debido a las graves heridas recibidas cuando se estrelló con su avión en el desierto, Dahl comenzó a sentir fuertes dolores de cabeza mientras volaba. Fue examinado y finalmente enviado de regreso a Inglaterra.
"Vi a mi madre cuando el autobús se encontraba aún a un centenar de metros. Estaba esperando pacientemente fuera de la puerta de la casa, esperando que llegara el autobús y, por lo que supe luego, aguardaba allí desde que llegó el autobús anterior, una o dos horas antes. Pero ¿qué es una hora, o incluso tres, cuando se llevan esperando tres años?" (7)
En 1942 fue destinado a Washington en calidad de agregado aéreo adjunto. Allí se encontró con el escritor C.S. Forester, quien le pidió le narrara alguna experiencia como piloto de guerra. La idea de Forester era escribir a partir de lo que Dahl le contara, un artículo para el Saturday Evening Post. Sin embargo éste prefirió relatar la historia por escrito y enviársela al escritor. De este texto surgió su primer relato: "A piece of Cake", que fue publicado en 1941 por el Saturday Evening Post sin que Forester modificara en él una sola coma.
"Querido RD: se suponía que me daría notas y no una historia acabada. Estoy desconcertado. Su narración es maravillosa. Es la obra de un escritor dotado. No he tocado ni una sola palabra (...) ¿Sabía que era usted escritor?..." (8)
En Boy, libro donde Dahl relata historias de la infancia y adolescencia el autor define de esta manera la vida de un escritor:
"La vida de un escritor es un verdadero infierno comparada con la de un empleado. El escritor tiene que obligarse a trabajar. Ha de establecer sus propios horarios y si no acude a sentarse a su mesa de trabajo no hay nadie que le amoneste. Si es autor de obras de ficción, vive en un mundo de temores. Cada nuevo día exige ideas nuevas, y jamás puede estar seguro de que se le vayan a ocurrir. Dos horas de trabajo dejan al autor de ficción absolutamente exhausto. Durante esas dos horas ha estado a leguas de distancia, ha sido otra persona, en un lugar distinto, con gente totalmente distinta, y el esfuerzo de volver al entorno habitual es muy grande. Es casi una conmoción. El escritor sale de su cuarto de trabajo como aturdido. Le apetece un trago. Lo necesita. Es un hecho que casi todos los autores de ficción beben más whisky del que les conviene para su salud. Lo hacen para darse fe, esperanza y ánimo. Es un insensato el que se empeña en ser escritor. Su única compensación es la libertad absoluta. No tiene quien le mande, salvo su propio espíritu, y eso, estoy seguro, es lo que le tienta." (9)
En 1943 publicó Los gremlims, su primer libro infantil, cuyos derechos para el cine fueron comprados por Walt Disney, aunque la película nunca llegó a realizarse. Sin embargo durante los primeros quince años como escritor, Dahl se dedicó a publicar libros para adultos. Su interés por la literatura para niños comenzó con los cuentos que narraba a sus hijos antes de ir a dormir. Así nació James y el melocotón gigante (James and the Giant Peach), publicado en Estados Unidos en 1961 y en Gran Bretaña en 1967. Su segunda novela para niños, Charlie y la fábrica de chocolate, publicada en 1964, fue un best-seller mundial. Su obra ha sido traducida a 17 idiomas. A partir de 1978 Quentin Blake, elegido personalmente por Dahl, ilustró sus libros. Respecto a su ilustrador preferido el autor señaló en una entrevista para la revista CLIJ:
"Pienso que coincidimos mucho. Tiene esa enorme agudeza y cuando dibuja siempre hace una afirmación sobre el personaje. Cuando dibuja una cara dice algo sobre ella. Si es una persona mala la hace muy mala. Creo que es el mejor ilustrador de libros infantiles que hay en el mundo en este momento." (10)
En 1984 publicó dos libros autobiográficos: Boy (Relatos de infancia) y Volando solo. En el primero, Dahl relata experiencias de la niñez y adolescencia; en el segundo, sus años como piloto de la RAF durante la Segunda Guerra Mundial.
En la introducción de Boy, Dahl afirma:
"Esto no es una autobiografía. Yo nunca escribiría una historia de mí mismo. Por otra parte, durante mis días mozos en la escuela y nada más salir de ella me sucedieron una cuantas cosas que jamás he olvidado.
Ninguna de estas cosas es importante, pero todas causaron en mí una impresión tan viva que ya nunca he sido capaz de quitármelas de la cabeza." (11)
El episodio del ratón muerto en el frasco de dulces; las maravillosas vacaciones en Noruega junto a su madre y hermanos; los malos momentos vividos en los internados ingleses y los nefastos profesores y directores de esos colegios; el amor a los deportes y la fotografía son algunas de estas "cosas" que Dahl dice no haber podido olvidar y relata en este libro.
En Matilda, Dahl deja deslizar en voz de su personaje (una pequeña de cinco años brillante, que devora clásicos en la biblioteca mientras su madre juega al Bingo) algunas opiniones personales sobre la literatura infantil y sus autores preferidos:
"—No sé qué leer ahora —dijo Matilda—. Ya he leído todos los libros para niños.
—Querrás decir que has contemplado los dibujos, ¿no?.
—Sí, pero también los he leído.
(...)
—Algunos me han parecido muy malos —dijo Matilda—, pero otros eran bonitos. El que más me ha gustado ha sido El jardín secreto. Es un libro lleno de misterio. El misterio de la habitación tras la puerta cerrada y el misterio del jardín tras el alto muro." (12)
Las lecturas de Matilda incluyen a Charles Dickens, Charlotte Brontë, Jane Austin, Rudyard Kipling, H. G. Wells, Ernest Hemingway, William Faulkner, Graham Greene, George Orwel, Joseph Conrad... Los mismos clásicos que Dahl admite haber leído en su infancia.
En el siguiente diálogo entre Matilda y la señora Phelps (la bibliotecaria), podemos aproximarnos a lo que el autor piensa acerca de los efectos de la buena literatura en los lectores, y particularmente en los pequeños:
"—El señor Hemingway dice algunas cosas que no comprendo —dijo Matilda—. Especialmente sobre hombres y mujeres. Pero, a pesar de eso me ha encantado. La forma como cuenta las cosas hace que me sienta como si estuviera observando todo lo que pasa.
—Un buen escritor siempre te hace sentir de esa forma —dijo la señora Phelps—. Y no te preocupes de las cosas que no entiendas. Deja que te envuelvan las palabras, como la música." (13)
En 1955 Dahl comenzó su relación con el cine con la versión realizada por Alfred Hitchcock de Cordero asado (Lamb to the slaughter), historia que narra cómo un hombre es asesinado por su mujer a golpes con una pata de cordero que luego ésta obsequia asada a los policías. En 1968 participó en el guión del film musical Chitty Chitty Bang Bang, de Ken Hughes, y también, en 1967, escribió el guión de Sólo se vive dos veces (You Only Live Twice), de la serie "James Bond".
Han sido llevados al cine y la televisión muchos de sus libros, entre ellos: Relatos de lo inesperado (1979), Charlie y la fábrica de chocolate (primera versión, 1971), Las brujas (1990), Danny, campeón del mundo (1989), James y el melocotón gigante (1996), Matilda (1996), El Gran Gigante Bonachón (1989); La maravillosa historia de Henry Sugar (1989).
Dahl se casó dos veces. Su primera esposa fue la actriz Patricia Neal; con ella tuvo cinco hijos: Olivia, Theo, Tessa, Ophelia y Lucy. En 1962 falleció su hija Olivia de siete años. Roald y Patricia se divorciaron en 1973.
Roald Dahl vivió los últimos años de su vida en su granja de Bucking Hamshire, junto a su segunda esposa, Felicity Ann Crosland. Murió en Oxford, Inglaterra, el 23 de noviembre de 1990, a los 74 años de edad.
La dirección de la página web oficial de Roald Dahl (en inglés): www.roalddahl.com
Notas
(1) Ferrer, Cristina. "Roald Dahl: el gigante amigo de los niños". Entrevista publicada en la revista CLIJ N° 2. Barcelona, Editorial Fontalba, enero de 1989; p. 39.
(2) Dahl, Roald. "Racha de suerte. Cómo me hice escritor". En: Historias extraordinarias. Traducción de Jordi Beltrán. Barcelona, Editorial Anagrama, 1983; p. 162-164.
(3) "A los trece años dejé la escuela preparatoria y me enviaron, también como interno, a una de las famosas escuela que en Inglaterra llaman "públicas". Desde luego, de públicas no tienen nada. Son extremadamente privadas y caras." Roald Dahl en "Racha de suerte. Cómo me hice escritor". Op. cit., p. 171.
(4) Dahl, Roald. Op. cit., p. 172.
(5) Dahl, Roald. Op. cit., p. 176.
(6) Dahl, Roald. "Pan comido". En: Historias extraordinarias. Traducción de Jordi Beltrán. Barcelona, Editorial Anagrama, 1983; p. 197-198.
(7) Dahl, Roald. "Regreso a casa". En: Volando solo. Traducción de Pedro Barbadillo. Madrid, Editorial Alfaguara, 1988; p. 184.
(8) Dahl, Roald. "Racha de suerte. Cómo me hice escritor". En: Historias extraordinarias. Op. cit., p. 185.
(9) Dahl, Roald. Boy (Relatos de infancia). Traducción de Salustiano Masó. Madrid, Editorial Alfaguara, 1987; p. 185.
(10) Ferrer, Cristina. "Roald Dahl: el gigante amigo de los niños". Entrevista publicada en la revista CLIJ N° 2. Barcelona, Editorial Fontalba, enero de 1989; p. 41.
(11) Dahl, Roald. Boy (Relatos de infancia). Op. cit., Introducción.
(12) Dahl, Roald. Matilda. Traducción de Pedro Barbadillo. Madrid, Editorial Alfaguara, 1989, p. 16.
(13) Dahl, Roald. Matilda. Op. cit., p. 23.
Marcela Carranza es maestra y Licenciada en Letras Modernas de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Como miembro de CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil) participó en el programa de bibliotecas ambulantes "Bibliotecas a los Cuatro Vientos" y en el equipo Interdisciplinario de Evaluación y Selección de Libros. Actualmente se desempeña como docente de literatura infantil en la Escuela de Capacitación (CePA) del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Artículos relacionados:
Reseñas de libros: Los mejores relatos de Roald Dahl
Miscelánea: Comentario de Jim y el durazno gigante, película basada en el libro James y el melocotón gigante de Roald Dahl
Destacados: Roald Dahl en Imaginaria
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Datos biográficos
Bibliografía en castellano
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Datos biográficos
Por Marcela Carranza
"Considero que los niños son seres semi-civilizados. Al nacer se están por civilizar, cuando llegan a los 12 o 15 años ya se les han enseñado modales: a no comer con los dedos, a ser limpios, a vestirse adecuadamente. Un montón de cosas que en realidad no quieren hacer, que no les gustan. Subconscientemente, los niños odian ser civilizados. Y la gente que les obliga a hacer esas cosas que no les gustan son los padres. Sobre todo la madre. Más adelante son los padres y los maestros. A los niños no les gustan estos adultos y yo uso esto en muchos de mis libros. Se trata de dejar en ridículo a los adultos ¿sabe usted? Es algo inofensivo pero a los niños les encanta." (1)
Roald Dahl nació en Llandaff, País de Gales, el 13 de septiembre de 1916. Sus padres, Harald y Sofie, eran noruegos. Cuando Roald tenía tres años de edad su hermana Astri murió de apendicitis; al mes su padre enfermó de pulmonía y también murió. Sofie debió criar seis niños, cuatro de ellos propios (Alfhild, Roald, Else y Asta) y dos de la primera esposa de su marido. Roald era el único hijo varón de Sofie.
De los siete a los nueve años Roald asistió a la Escuela de la Catedral de Llandaff, esta sería su primera experiencia con un rígido sistema educativo que reflejaría luego en algunos de sus libros. En septiembre de 1925, a los nueve años, fue internado en un colegio inglés: St. Peter's.
"Aquellos fueron días de horror, de disciplina feroz, de no hablar en los dormitorios, de no correr por los pasillos, de ninguna clase de dejadez, de nada de esto ni de nada de lo otro, sólo reglas y más reglas que había que obedecer. Y el temor a la palmeta se cernía constantemente sobre nosotros, como el miedo a la muerte.
(...) Nos pegaban por hablar en el dormitorio después de apagarse las luces, por hablar en clase, por no hacer bien los trabajos, por grabar nuestras iniciales en el pupitre, por saltar muros, por ir desaliñados, por tirar clips, por olvidarnos de cambiarnos los zapatos por la noche, por no colgar las prendas que nos poníamos para hacer deporte y, sobre todo, por causar la menor ofensa a cualquier maestro. Dicho de otro modo, nos pegaban por hacer todo lo que era natural que hicieran unos niños como nosotros." (2)
A los trece años concluyó la escuela preparatoria y fue enviado también como interno a Repton, una escuela "pública" (3) inglesa cuyo director sería el futuro arzobispo de Canterbury.
"En Repton las palizas eran más feroces y frecuentes todavía. Y no se imaginen ni por un momento que el futuro arzobispo de Canterbury pusiera reparos a tan viles ejercicios. Se subía las mangas y se aplicaba a la tarea con sumo gusto. Las suyas eran las malas, las ocasiones verdaderamente aterradoras. Algunas de las tundas administradas por aquel hombre de Dios, aquel futuro jefe de la Iglesia de Inglaterra, fueron muy brutales." (4)
Al terminar el Bachillerato, a la edad de dieciocho años, en 1934, rechazó la oferta de su madre de continuar sus estudios en la Universidad y comenzó a trabajar en el Departamento Oriental de la Shell Oil Company, la compañía multinacional petrolífera. Su deseo era viajar al extranjero, conocer tierras lejanas. Tres años más tarde la compañía le envió al África Oriental.
"Durante los dos años siguientes trabajé para la Shell en Tanzania, mi oficina central estaba en Dar es Salaam. Era una vida fantástica (...) Aprendí a hablar swahili. Viajaba hacia el interior del país visitando minas de diamantes, plantaciones de sisal, minas de oro y todo lo demás.
Había jirafas, elefantes, cebras, leones y antílopes por todas partes, y también serpientes..." (5)
Dahl tenía 23 años cuando estalló la Segunda Guerra Mundial en 1939, y se enroló como piloto de aviación de la "Royal Air Force" (RAF) en Nairobi. Sufrió graves lesiones como consecuencia de un aterrizaje forzoso en el desierto de Libia, y debió pasar seis meses hospitalizado en Alejandría con una fractura de cráneo. Su primer relato: "Pan comido" ("A piece of Cake"), describe cómo Dahl, atrapado en la cabina de su avión "Gladiator" en llamas, logró salvar milagrosamente su vida.
"Desabroché la hebilla, solté el arnés del paracaídas y con cierto esfuerzo me levanté y salté por un costado de la cabina. Algo parecía estar ardiendo, de modo que me revolqué sobre la arena, luego me alejé a gatas del fuego y me eché cuan largo era.
Oí que parte de las municiones de mi ametralladora estallaba entre las llamas y que algunas balas se enterraban en la arena cerca de mí. No me preocuparon; solamente las oí.
Las cosas empezaban a doler. La cara era lo que más me dolía. Algo no andaba bien en mi cara. Algo le había pasado. Lentamente levanté una mano para palpármela. Estaba pegajosa. Mi nariz no parecía estar allí. Intenté tocarme los dientes, pero no recuerdo si llegué a alguna conclusión sobre ellos. Creo que me quedé dormido." (6)
Luego de su recuperación, Dahl volvió a volar uniéndose a la 80ª escuadrilla en Grecia, donde ésta combatía contra los italianos y posteriormente también intentaría obstaculizar la invasión alemana a aquel país. La situación en Grecia no era nada sencilla para los británicos que contaban con unos quince aviones para combatir contra cientos de cazas alemanes. Tampoco era fácil para el propio Roald, quien apenas sabía tripular el avión que le habían destinado, y no tenía aún ninguna experiencia en combate. En mayo de 1941 los alemanes finalmente se apoderaron de Grecia, y el pequeño grupo de pilotos sobrevivientes de la RAF fue enviado a Haifa, norte de Palestina.
Debido a las graves heridas recibidas cuando se estrelló con su avión en el desierto, Dahl comenzó a sentir fuertes dolores de cabeza mientras volaba. Fue examinado y finalmente enviado de regreso a Inglaterra.
"Vi a mi madre cuando el autobús se encontraba aún a un centenar de metros. Estaba esperando pacientemente fuera de la puerta de la casa, esperando que llegara el autobús y, por lo que supe luego, aguardaba allí desde que llegó el autobús anterior, una o dos horas antes. Pero ¿qué es una hora, o incluso tres, cuando se llevan esperando tres años?" (7)
En 1942 fue destinado a Washington en calidad de agregado aéreo adjunto. Allí se encontró con el escritor C.S. Forester, quien le pidió le narrara alguna experiencia como piloto de guerra. La idea de Forester era escribir a partir de lo que Dahl le contara, un artículo para el Saturday Evening Post. Sin embargo éste prefirió relatar la historia por escrito y enviársela al escritor. De este texto surgió su primer relato: "A piece of Cake", que fue publicado en 1941 por el Saturday Evening Post sin que Forester modificara en él una sola coma.
"Querido RD: se suponía que me daría notas y no una historia acabada. Estoy desconcertado. Su narración es maravillosa. Es la obra de un escritor dotado. No he tocado ni una sola palabra (...) ¿Sabía que era usted escritor?..." (8)
En Boy, libro donde Dahl relata historias de la infancia y adolescencia el autor define de esta manera la vida de un escritor:
"La vida de un escritor es un verdadero infierno comparada con la de un empleado. El escritor tiene que obligarse a trabajar. Ha de establecer sus propios horarios y si no acude a sentarse a su mesa de trabajo no hay nadie que le amoneste. Si es autor de obras de ficción, vive en un mundo de temores. Cada nuevo día exige ideas nuevas, y jamás puede estar seguro de que se le vayan a ocurrir. Dos horas de trabajo dejan al autor de ficción absolutamente exhausto. Durante esas dos horas ha estado a leguas de distancia, ha sido otra persona, en un lugar distinto, con gente totalmente distinta, y el esfuerzo de volver al entorno habitual es muy grande. Es casi una conmoción. El escritor sale de su cuarto de trabajo como aturdido. Le apetece un trago. Lo necesita. Es un hecho que casi todos los autores de ficción beben más whisky del que les conviene para su salud. Lo hacen para darse fe, esperanza y ánimo. Es un insensato el que se empeña en ser escritor. Su única compensación es la libertad absoluta. No tiene quien le mande, salvo su propio espíritu, y eso, estoy seguro, es lo que le tienta." (9)
En 1943 publicó Los gremlims, su primer libro infantil, cuyos derechos para el cine fueron comprados por Walt Disney, aunque la película nunca llegó a realizarse. Sin embargo durante los primeros quince años como escritor, Dahl se dedicó a publicar libros para adultos. Su interés por la literatura para niños comenzó con los cuentos que narraba a sus hijos antes de ir a dormir. Así nació James y el melocotón gigante (James and the Giant Peach), publicado en Estados Unidos en 1961 y en Gran Bretaña en 1967. Su segunda novela para niños, Charlie y la fábrica de chocolate, publicada en 1964, fue un best-seller mundial. Su obra ha sido traducida a 17 idiomas. A partir de 1978 Quentin Blake, elegido personalmente por Dahl, ilustró sus libros. Respecto a su ilustrador preferido el autor señaló en una entrevista para la revista CLIJ:
"Pienso que coincidimos mucho. Tiene esa enorme agudeza y cuando dibuja siempre hace una afirmación sobre el personaje. Cuando dibuja una cara dice algo sobre ella. Si es una persona mala la hace muy mala. Creo que es el mejor ilustrador de libros infantiles que hay en el mundo en este momento." (10)
En 1984 publicó dos libros autobiográficos: Boy (Relatos de infancia) y Volando solo. En el primero, Dahl relata experiencias de la niñez y adolescencia; en el segundo, sus años como piloto de la RAF durante la Segunda Guerra Mundial.
En la introducción de Boy, Dahl afirma:
"Esto no es una autobiografía. Yo nunca escribiría una historia de mí mismo. Por otra parte, durante mis días mozos en la escuela y nada más salir de ella me sucedieron una cuantas cosas que jamás he olvidado.
Ninguna de estas cosas es importante, pero todas causaron en mí una impresión tan viva que ya nunca he sido capaz de quitármelas de la cabeza." (11)
El episodio del ratón muerto en el frasco de dulces; las maravillosas vacaciones en Noruega junto a su madre y hermanos; los malos momentos vividos en los internados ingleses y los nefastos profesores y directores de esos colegios; el amor a los deportes y la fotografía son algunas de estas "cosas" que Dahl dice no haber podido olvidar y relata en este libro.
En Matilda, Dahl deja deslizar en voz de su personaje (una pequeña de cinco años brillante, que devora clásicos en la biblioteca mientras su madre juega al Bingo) algunas opiniones personales sobre la literatura infantil y sus autores preferidos:
"—No sé qué leer ahora —dijo Matilda—. Ya he leído todos los libros para niños.
—Querrás decir que has contemplado los dibujos, ¿no?.
—Sí, pero también los he leído.
(...)
—Algunos me han parecido muy malos —dijo Matilda—, pero otros eran bonitos. El que más me ha gustado ha sido El jardín secreto. Es un libro lleno de misterio. El misterio de la habitación tras la puerta cerrada y el misterio del jardín tras el alto muro." (12)
Las lecturas de Matilda incluyen a Charles Dickens, Charlotte Brontë, Jane Austin, Rudyard Kipling, H. G. Wells, Ernest Hemingway, William Faulkner, Graham Greene, George Orwel, Joseph Conrad... Los mismos clásicos que Dahl admite haber leído en su infancia.
En el siguiente diálogo entre Matilda y la señora Phelps (la bibliotecaria), podemos aproximarnos a lo que el autor piensa acerca de los efectos de la buena literatura en los lectores, y particularmente en los pequeños:
"—El señor Hemingway dice algunas cosas que no comprendo —dijo Matilda—. Especialmente sobre hombres y mujeres. Pero, a pesar de eso me ha encantado. La forma como cuenta las cosas hace que me sienta como si estuviera observando todo lo que pasa.
—Un buen escritor siempre te hace sentir de esa forma —dijo la señora Phelps—. Y no te preocupes de las cosas que no entiendas. Deja que te envuelvan las palabras, como la música." (13)
En 1955 Dahl comenzó su relación con el cine con la versión realizada por Alfred Hitchcock de Cordero asado (Lamb to the slaughter), historia que narra cómo un hombre es asesinado por su mujer a golpes con una pata de cordero que luego ésta obsequia asada a los policías. En 1968 participó en el guión del film musical Chitty Chitty Bang Bang, de Ken Hughes, y también, en 1967, escribió el guión de Sólo se vive dos veces (You Only Live Twice), de la serie "James Bond".
Han sido llevados al cine y la televisión muchos de sus libros, entre ellos: Relatos de lo inesperado (1979), Charlie y la fábrica de chocolate (primera versión, 1971), Las brujas (1990), Danny, campeón del mundo (1989), James y el melocotón gigante (1996), Matilda (1996), El Gran Gigante Bonachón (1989); La maravillosa historia de Henry Sugar (1989).
Dahl se casó dos veces. Su primera esposa fue la actriz Patricia Neal; con ella tuvo cinco hijos: Olivia, Theo, Tessa, Ophelia y Lucy. En 1962 falleció su hija Olivia de siete años. Roald y Patricia se divorciaron en 1973.
Roald Dahl vivió los últimos años de su vida en su granja de Bucking Hamshire, junto a su segunda esposa, Felicity Ann Crosland. Murió en Oxford, Inglaterra, el 23 de noviembre de 1990, a los 74 años de edad.
La dirección de la página web oficial de Roald Dahl (en inglés): www.roalddahl.com
Notas
(1) Ferrer, Cristina. "Roald Dahl: el gigante amigo de los niños". Entrevista publicada en la revista CLIJ N° 2. Barcelona, Editorial Fontalba, enero de 1989; p. 39.
(2) Dahl, Roald. "Racha de suerte. Cómo me hice escritor". En: Historias extraordinarias. Traducción de Jordi Beltrán. Barcelona, Editorial Anagrama, 1983; p. 162-164.
(3) "A los trece años dejé la escuela preparatoria y me enviaron, también como interno, a una de las famosas escuela que en Inglaterra llaman "públicas". Desde luego, de públicas no tienen nada. Son extremadamente privadas y caras." Roald Dahl en "Racha de suerte. Cómo me hice escritor". Op. cit., p. 171.
(4) Dahl, Roald. Op. cit., p. 172.
(5) Dahl, Roald. Op. cit., p. 176.
(6) Dahl, Roald. "Pan comido". En: Historias extraordinarias. Traducción de Jordi Beltrán. Barcelona, Editorial Anagrama, 1983; p. 197-198.
(7) Dahl, Roald. "Regreso a casa". En: Volando solo. Traducción de Pedro Barbadillo. Madrid, Editorial Alfaguara, 1988; p. 184.
(8) Dahl, Roald. "Racha de suerte. Cómo me hice escritor". En: Historias extraordinarias. Op. cit., p. 185.
(9) Dahl, Roald. Boy (Relatos de infancia). Traducción de Salustiano Masó. Madrid, Editorial Alfaguara, 1987; p. 185.
(10) Ferrer, Cristina. "Roald Dahl: el gigante amigo de los niños". Entrevista publicada en la revista CLIJ N° 2. Barcelona, Editorial Fontalba, enero de 1989; p. 41.
(11) Dahl, Roald. Boy (Relatos de infancia). Op. cit., Introducción.
(12) Dahl, Roald. Matilda. Traducción de Pedro Barbadillo. Madrid, Editorial Alfaguara, 1989, p. 16.
(13) Dahl, Roald. Matilda. Op. cit., p. 23.
Marcela Carranza es maestra y Licenciada en Letras Modernas de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina). Como miembro de CEDILIJ (Centro de Difusión e Investigación de Literatura Infantil y Juvenil) participó en el programa de bibliotecas ambulantes "Bibliotecas a los Cuatro Vientos" y en el equipo Interdisciplinario de Evaluación y Selección de Libros. Actualmente se desempeña como docente de literatura infantil en la Escuela de Capacitación (CePA) del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
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sábado, 14 de enero de 2012
Cuentos para todo el mundo
Cuentos para todo el mundo
Discurso de aceptación del premio Hans Christian Andersen
Por Jutta Bauer | Para LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/1439737-cuentos-para-todo-el-mundo
Jutta Bauer no cree que los niños dejen de leer libros por culpa de la computadora.
Buenas noches, damas y caballeros. Gracias al IBBY (Organización Internacional para el Libro Juvenil) por haberme concedido este premio. Gracias a la reina de Dinamarca y a toda la gente que organizó las cosas tan bien aquí.
Alguien me dijo la semana pasada: "Oh, ganaste el premio Andersen. ¡Entonces eres la mejor ilustradora del mundo hoy en día!". Me sentí muy rara y no pude estar de acuerdo. Creo que, haga lo que uno haga o sea lo que sea, no se trata sólo de uno.
Uno siempre es parte de un todo. Así que intentaré decir algo acerca de ese todo que hizo que hoy esté aquí.
En primer lugar, como parte del todo, debería hablar de mi familia, por supuesto. Porque la familia es la primera influencia, y la mayor de todas.
Formo parte de una gran familia. La menor de una larga fila de (casi todas) hermanas. Y no es una familia rica... ésa puede ser una conexión con Andersen.
Cuando estaba en la escuela primaria, las maestras les dijeron a mis padres: "¡Jutta tiene un talento tan grande para el dibujo que debería tomar clases de arte después de la escuela!". Pero mi padre dijo: "Bueno, siempre puede tener papel y lápices, y eso bastará".
Creo que bastó. En nuestro sótano había una enorme pila de volantes... sobre la seguridad vial para los alumnos (porque mi padre era maestro de la escuela elemental). Tenían el reverso en blanco. Yo los usé mucho. Tal vez debería sentirme un poco avergonzada porque tantos alumnos nunca llegaron a tener sus instrucciones de seguridad.
Pero lo más importante, me parece, es que tuve padres que cantaban canciones junto a mi cama, y hermanos y hermanas que trataban de robarme las papas de mi plato. ¡Así que gracias a ellos!
Muchos de mis seres queridos están ocultos en mis libros, como mi padre y mi abuela (el ángel) en El ángel del abuelo, y por supuesto, encontrarán en mis libros, disfrazado de pingüino, de oso o de niño, al ser que más amo: mi hijo Jasper. Así que gracias a él por acompañarme esta noche.
Pero cuando era chica tenía otros buenos compañeros, y eran personajes de libros. Se quedan en un rincón de la cabeza durante toda la vida y nunca te abandonan.
Mis favoritos eran el oso Petzi (¡Rasmus Klump, de Dinamarca!), Brumm y Brown, de la escritora alemana Ida Bohatta y, lo mejor de todo, Mumin. ¡Hasta el día de hoy admiro a Tove Jansson, de Finlandia!
Los personajes verdaderamente buenos de los cuentos para chicos hacen realmente un gran trabajo, porque nos ayudan a cargar con nuestras preocupaciones, con nuestros problemas y con nuestras emociones. De manera que gracias a todos ellos.
Estudié ilustración en la Escuela de Artes Aplicadas de Hamburgo. Creo que esas escuelas, en Hamburgo o en Leipzig por ejemplo, son una de las razones por las que tenemos una cultura tan bien desarrollada de ilustración de libros en Alemania.
Mi profesor fue Siegfried Oelke. Con frecuencia se enojaba porque yo pasaba mucho tiempo dedicada a cuestiones políticas, como repartir volantes en las huelgas estudiantiles, en vez de dedicarme a dibujar. Pero en una oportunidad me dijo: "Puedes hacer lo que quieras. Te convertirás en ilustradora". Ese optimismo me hizo bien, me sostuvo. Así que gracias a él.
Cuando empecé a trabajar como ilustradora, después de graduarme, encontré otro "padre profesional": Jochen Gelberg, del sello editor Beltz & Gelberg. Acabamos de celebrar sus 80 años. Él fue quien publicó y promovió a Janosch, F. K. Waechter, Rotraut Susanne Berner... y a mí. Así que gracias a él.
Jochen me puso en contacto con buenos autores: Klaus Kordon, Christine Nöstlinger, Peter Härtling, Benno Pludra, por nombrar a unos pocos. Fui muy afortunada de zarpar con ellos como principiante. De modo que gracias a ellos.
Beltz & Gelberg y sus autores eran epítomes de la atmósfera de emancipación y de la lucha por la libertad en la Alemania Occidental de la década de 1970. Ellos eran un buen motor para una joven ilustradora como yo. Creíamos que podíamos cambiar el mundo. Sólo teníamos que trabajar duro. ¡Creo que eso tal vez sea diferente hoy!
Además de la gente, editores y autores, posiblemente haya otras partes del todo que me hicieron ser lo que soy: lugares, atmósferas, la manera de sentir una época... En primer lugar, la oportunidad de vivir y trabajar en paz y sin miedo. Hemos tenido eso durante mucho tiempo y espero que nunca cambie. Gracias por eso.
Mi ciudad natal, Hamburgo, con su atmósfera desprejuiciada, mucho verde y mucha agua, también es importante para mí. En 1983, yo y otros 18 artistas establecimos el "Goldbekhof": un lugar para trabajar en una fábrica remodelada situada en el centro de Hamburgo, junto a un antiguo canal. Es mi hogar profesional, el que verdaderamente amo, con luz solar desde la mañana hasta la noche, y con la buena compañía de mis colegas, especialmente mi asistente Annette. ¡De manera que también gracias a todos los de allí!
Ahora, después de hablar de toda esa gente y todos esos lugares, tal vez algunos de ustedes puedan estar interesados en mi trabajo, en mis cuadros. Puedo mostrarles algunos de ellos.
Uno de los libros que más significado tiene para mí es La reina de los colores. También es un libro muy personal. Ha sido publicado en muchos países. Pero la mayoría de ustedes tal vez no sepa que originalmente fue un corto animado que hice junto con la realizadora cinematográfica de animación Katrin Magnitz. Nos pasamos semanas recortando las imágenes con tijeras para uñas y disponiéndolas delante de su enorme cámara vieja.
Me siento muy feliz de que La reina de los colores (y también El ángel del abuelo) hayan sido convertidos en piezas teatrales por muchas compañías de teatro y proyectos escolares. ¡A todos ellos, gracias por su buen trabajo!
Madrechillona fue originalmente tan sólo un "cuento de antes de dormir" para mi hijo... ¡y todavía me sorprende el éxito de ese libro!
En El ángel del abuelo trabajé con la historia de vida de mi abuelo y mi abuela. Entre otras cosas, habla de la guerra, el hambre y el nazismo. Creo que si se es suficientemente sensible y se encuentra la forma apropiada, también se puede hablar de esos temas tan oscuros en libros para chicos. Las personas sin techo también pueden ser un tema para un libro para niños, cuando se tiene una autora tan sensible como Kirsten Boie para escribir el texto.
La historia de Selma, la oveja, fue creada en una sola y larga noche. Fue el primero de mis libros que recorrió todo el camino hasta China, que es un viaje muy largo para una oveja. ¡Gracias Selma, hiciste un gran trabajo!
Hay algunos libros que ilustré porque respeto y admiro a sus autores. En primer lugar, quiero nombrar a Jürg Schubiger (otro colega que ganó el Premio Andersen), Franz Hohler y Peter Stamm.
Creo que probablemente para un autor no es un riesgo menor poner su cuento en manos de un ilustrador. Se parece un poco a dejar a un niño al cuidado de otra persona... ¡nunca se sabe qué puede pasarle! Así que gracias a ellos por haber confiado en mí.
Durante los últimos años, algo en mi trabajo y en mi actitud hacia mi trabajo cambió significativamente. Solía pensar que el trabajo de un ilustrador es solitario, sólo yo y una hoja de papel y algunos lápices. Pero recientemente he pasado gran parte de mi tiempo laboral viajando por el mundo, dictando talleres y dando clases en academias de verano y cosas por el estilo.
Conocí mucha gente, adultos y niños, en muchos países. Y me hace muy feliz estar en contacto con tantas personas interesantes y maravillosas de todo el mundo. La gente que me invita a su escuela o a su academia o a su biblioteca cree que soy yo quien les da algo a ellos... una charla, un taller, lo que sea. Lo que no saben es que ellos me dan algo a mí... ¡especialmente los niños! Así que. ¡gracias a ellos!
Admiro la manera en que dibujan tanto y tan bien, su frescura, su cualidad directa, y espero que puedan encontrar algún reflejo de eso en mi propio trabajo.
Bien: he intentado mostrarles un poco de mi mundo y de todas las diferentes personas y lugares que me han ayudado a convertirme en lo que soy y a hacer lo que hago. Lo que aprendí de todos ellos es esto: si quieres hacer un buen trabajo, libros e ilustraciones, trata de conservar un poco de niño en tu interior. Sé simple y auténtico, sé genuino. Eso es todo lo que puedo decir.
Hans Christian Andersen, a quien le debo el honor de estar aquí hablándoles hoy, no se consideraba un autor que escribía especialmente para niños. Y así es como leemos actualmente sus cuentos de hadas: para adultos y para niños.
Eso es lo que pienso de los buenos libros para niños. ¿Acaso no son para todo el mundo? Sería interesante hablar de eso con el buen viejo Hans Christian Andersen.
[Traducción: Mirta Rosenberg] .
Discurso de aceptación del premio Hans Christian Andersen
Por Jutta Bauer | Para LA NACION
http://www.lanacion.com.ar/1439737-cuentos-para-todo-el-mundo
Jutta Bauer no cree que los niños dejen de leer libros por culpa de la computadora.
Buenas noches, damas y caballeros. Gracias al IBBY (Organización Internacional para el Libro Juvenil) por haberme concedido este premio. Gracias a la reina de Dinamarca y a toda la gente que organizó las cosas tan bien aquí.
Alguien me dijo la semana pasada: "Oh, ganaste el premio Andersen. ¡Entonces eres la mejor ilustradora del mundo hoy en día!". Me sentí muy rara y no pude estar de acuerdo. Creo que, haga lo que uno haga o sea lo que sea, no se trata sólo de uno.
Uno siempre es parte de un todo. Así que intentaré decir algo acerca de ese todo que hizo que hoy esté aquí.
En primer lugar, como parte del todo, debería hablar de mi familia, por supuesto. Porque la familia es la primera influencia, y la mayor de todas.
Formo parte de una gran familia. La menor de una larga fila de (casi todas) hermanas. Y no es una familia rica... ésa puede ser una conexión con Andersen.
Cuando estaba en la escuela primaria, las maestras les dijeron a mis padres: "¡Jutta tiene un talento tan grande para el dibujo que debería tomar clases de arte después de la escuela!". Pero mi padre dijo: "Bueno, siempre puede tener papel y lápices, y eso bastará".
Creo que bastó. En nuestro sótano había una enorme pila de volantes... sobre la seguridad vial para los alumnos (porque mi padre era maestro de la escuela elemental). Tenían el reverso en blanco. Yo los usé mucho. Tal vez debería sentirme un poco avergonzada porque tantos alumnos nunca llegaron a tener sus instrucciones de seguridad.
Pero lo más importante, me parece, es que tuve padres que cantaban canciones junto a mi cama, y hermanos y hermanas que trataban de robarme las papas de mi plato. ¡Así que gracias a ellos!
Muchos de mis seres queridos están ocultos en mis libros, como mi padre y mi abuela (el ángel) en El ángel del abuelo, y por supuesto, encontrarán en mis libros, disfrazado de pingüino, de oso o de niño, al ser que más amo: mi hijo Jasper. Así que gracias a él por acompañarme esta noche.
Pero cuando era chica tenía otros buenos compañeros, y eran personajes de libros. Se quedan en un rincón de la cabeza durante toda la vida y nunca te abandonan.
Mis favoritos eran el oso Petzi (¡Rasmus Klump, de Dinamarca!), Brumm y Brown, de la escritora alemana Ida Bohatta y, lo mejor de todo, Mumin. ¡Hasta el día de hoy admiro a Tove Jansson, de Finlandia!
Los personajes verdaderamente buenos de los cuentos para chicos hacen realmente un gran trabajo, porque nos ayudan a cargar con nuestras preocupaciones, con nuestros problemas y con nuestras emociones. De manera que gracias a todos ellos.
Estudié ilustración en la Escuela de Artes Aplicadas de Hamburgo. Creo que esas escuelas, en Hamburgo o en Leipzig por ejemplo, son una de las razones por las que tenemos una cultura tan bien desarrollada de ilustración de libros en Alemania.
Mi profesor fue Siegfried Oelke. Con frecuencia se enojaba porque yo pasaba mucho tiempo dedicada a cuestiones políticas, como repartir volantes en las huelgas estudiantiles, en vez de dedicarme a dibujar. Pero en una oportunidad me dijo: "Puedes hacer lo que quieras. Te convertirás en ilustradora". Ese optimismo me hizo bien, me sostuvo. Así que gracias a él.
Cuando empecé a trabajar como ilustradora, después de graduarme, encontré otro "padre profesional": Jochen Gelberg, del sello editor Beltz & Gelberg. Acabamos de celebrar sus 80 años. Él fue quien publicó y promovió a Janosch, F. K. Waechter, Rotraut Susanne Berner... y a mí. Así que gracias a él.
Jochen me puso en contacto con buenos autores: Klaus Kordon, Christine Nöstlinger, Peter Härtling, Benno Pludra, por nombrar a unos pocos. Fui muy afortunada de zarpar con ellos como principiante. De modo que gracias a ellos.
Beltz & Gelberg y sus autores eran epítomes de la atmósfera de emancipación y de la lucha por la libertad en la Alemania Occidental de la década de 1970. Ellos eran un buen motor para una joven ilustradora como yo. Creíamos que podíamos cambiar el mundo. Sólo teníamos que trabajar duro. ¡Creo que eso tal vez sea diferente hoy!
Además de la gente, editores y autores, posiblemente haya otras partes del todo que me hicieron ser lo que soy: lugares, atmósferas, la manera de sentir una época... En primer lugar, la oportunidad de vivir y trabajar en paz y sin miedo. Hemos tenido eso durante mucho tiempo y espero que nunca cambie. Gracias por eso.
Mi ciudad natal, Hamburgo, con su atmósfera desprejuiciada, mucho verde y mucha agua, también es importante para mí. En 1983, yo y otros 18 artistas establecimos el "Goldbekhof": un lugar para trabajar en una fábrica remodelada situada en el centro de Hamburgo, junto a un antiguo canal. Es mi hogar profesional, el que verdaderamente amo, con luz solar desde la mañana hasta la noche, y con la buena compañía de mis colegas, especialmente mi asistente Annette. ¡De manera que también gracias a todos los de allí!
Ahora, después de hablar de toda esa gente y todos esos lugares, tal vez algunos de ustedes puedan estar interesados en mi trabajo, en mis cuadros. Puedo mostrarles algunos de ellos.
Uno de los libros que más significado tiene para mí es La reina de los colores. También es un libro muy personal. Ha sido publicado en muchos países. Pero la mayoría de ustedes tal vez no sepa que originalmente fue un corto animado que hice junto con la realizadora cinematográfica de animación Katrin Magnitz. Nos pasamos semanas recortando las imágenes con tijeras para uñas y disponiéndolas delante de su enorme cámara vieja.
Me siento muy feliz de que La reina de los colores (y también El ángel del abuelo) hayan sido convertidos en piezas teatrales por muchas compañías de teatro y proyectos escolares. ¡A todos ellos, gracias por su buen trabajo!
Madrechillona fue originalmente tan sólo un "cuento de antes de dormir" para mi hijo... ¡y todavía me sorprende el éxito de ese libro!
En El ángel del abuelo trabajé con la historia de vida de mi abuelo y mi abuela. Entre otras cosas, habla de la guerra, el hambre y el nazismo. Creo que si se es suficientemente sensible y se encuentra la forma apropiada, también se puede hablar de esos temas tan oscuros en libros para chicos. Las personas sin techo también pueden ser un tema para un libro para niños, cuando se tiene una autora tan sensible como Kirsten Boie para escribir el texto.
La historia de Selma, la oveja, fue creada en una sola y larga noche. Fue el primero de mis libros que recorrió todo el camino hasta China, que es un viaje muy largo para una oveja. ¡Gracias Selma, hiciste un gran trabajo!
Hay algunos libros que ilustré porque respeto y admiro a sus autores. En primer lugar, quiero nombrar a Jürg Schubiger (otro colega que ganó el Premio Andersen), Franz Hohler y Peter Stamm.
Creo que probablemente para un autor no es un riesgo menor poner su cuento en manos de un ilustrador. Se parece un poco a dejar a un niño al cuidado de otra persona... ¡nunca se sabe qué puede pasarle! Así que gracias a ellos por haber confiado en mí.
Durante los últimos años, algo en mi trabajo y en mi actitud hacia mi trabajo cambió significativamente. Solía pensar que el trabajo de un ilustrador es solitario, sólo yo y una hoja de papel y algunos lápices. Pero recientemente he pasado gran parte de mi tiempo laboral viajando por el mundo, dictando talleres y dando clases en academias de verano y cosas por el estilo.
Conocí mucha gente, adultos y niños, en muchos países. Y me hace muy feliz estar en contacto con tantas personas interesantes y maravillosas de todo el mundo. La gente que me invita a su escuela o a su academia o a su biblioteca cree que soy yo quien les da algo a ellos... una charla, un taller, lo que sea. Lo que no saben es que ellos me dan algo a mí... ¡especialmente los niños! Así que. ¡gracias a ellos!
Admiro la manera en que dibujan tanto y tan bien, su frescura, su cualidad directa, y espero que puedan encontrar algún reflejo de eso en mi propio trabajo.
Bien: he intentado mostrarles un poco de mi mundo y de todas las diferentes personas y lugares que me han ayudado a convertirme en lo que soy y a hacer lo que hago. Lo que aprendí de todos ellos es esto: si quieres hacer un buen trabajo, libros e ilustraciones, trata de conservar un poco de niño en tu interior. Sé simple y auténtico, sé genuino. Eso es todo lo que puedo decir.
Hans Christian Andersen, a quien le debo el honor de estar aquí hablándoles hoy, no se consideraba un autor que escribía especialmente para niños. Y así es como leemos actualmente sus cuentos de hadas: para adultos y para niños.
Eso es lo que pienso de los buenos libros para niños. ¿Acaso no son para todo el mundo? Sería interesante hablar de eso con el buen viejo Hans Christian Andersen.
[Traducción: Mirta Rosenberg] .
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