domingo, 9 de mayo de 2010

La palabra, sus posibilidades, su origen y sus nuevos usos, en Valladolid (España)





Cómo una misma palabra pronunciada de una u otra manera puede cobrar diferentes significados, en qué medida mejoraría una lengua el surgimiento de términos para definir mejor las cosas, o cómo se puede jugar con ellos en literatura han sido preguntas planteadas hoy en la Feria del Libro de Valladolid.

Bajo el título La voz y la palabra, ha tenido lugar en la Feria una mesa redonda en la que han participado el músico, escritor, cineasta y pintor, Luis Eduardo Aute; el músico y escritor Ángel Petisme y el poeta Fernando Beltrán.

En el encuentro, han disertado sobre lo «mágicas» y «escurridizas» que son las palabras, hecho que se demuestra en que, en ocasiones, se utilizan palabras para querer expresar una idea, cuando su significado original se refería a todo lo contrario, según Aute.

En una rueda de prensa anterior a la mesa redonda, Aute se ha definido como «palabradicto», pues su afición por saber acerca de cada término ha dificultado en los últimos tiempos sus lecturas, al tener que detenerse cada poco a buscar información sobre una determinada palabra.

«Se hacen muchos juegos fáciles con palabras pero muy pocos profundizan», ha aseverado, a la vez que ha ironizado con que, en medio de este «delirio de miembros y miembras», parece que «sólo se mueren los machos», pues cuando ocurre un suceso se habla de cifra de muertos, «pero no de muertas».

Petisme ha ahondado en la utilización de las palabras en las nuevas tecnologías y ha puesto como ejemplo Internet, donde se crean muchos malentendidos porque en los correos electrónicos no se puede introducir sonidos, lo cual lleva al receptor del mensaje a no comprender determinadas expresiones y, en ocasiones, confundir la intención comunicativa de su interlocutor.

Este escritor se ha posicionado a favor de «lavar» las palabras de vez en cuando y «dotarlas de sentido y de sangre», algo que es labor del creador, y más en estos tiempos en los que «se manipula mucho y se pervierte» su significado.

Aute ha incidido en el camino que hay por delante para crear nuevos nombres para las cosas, algo que, ha confesado, le «fascina», pues le parece «un atributo divino».

«El mundo era tan reciente que muchas cosas carecían de nombre, y para nombrarlas había que señalarlas con el dedo», ha concluido Beltrán, parafraseando al novelista colombiano Gabriel García Márquez. (Efe)

http://www.fundeu.es/Noticias.aspx?frmOpcion=NOTICIA&frmFontSize=2&frmIdNoticia=3019

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